sábado, 11 de enero de 2014

Por quiénes vino Jesús

Nuestro Señor Jesucristo fue claro al dar a conocer el propósito de su venida  al mundo: “Yo no he venido a llamar justos, sino pecadores al arrepentimiento” (Lucas 5. 32).

Esta afirmación la hizo por la murmuración que los fariseos hicieron a los discípulos al comer con publicanos y pecadores, diciéndoles también que los sanos no tiene necesidad de médico sino los enfermos, haciéndoles ver que si permitía que los pecadores y publicanos se juntaran con ellos es porque por ellos había venido.

Una verdad que dice el Señor en su aclaración a los Fariseos es que no vino a llamar justos, por la sencilla razón de que no hay en el mundo ninguna persona justa. San Pablo a los Romanos afirma lo que el Salmista  escribe:  “No hay justo ni aún uno” (Romanos 3.10; Salmo 14.3).

"Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3.23).

El mensaje que el Señor da a los pecadores es la invitación al arrepentimiento, haciéndoles ver que para tener un encuentro con él hay que dejar la mala manera de vivir, dejar el mal camino que se lleva. El profeta Isaías dice: “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos y vuélvase a Jehová…” (Isaías 55.7).

Apreciable Lector: Jesús vino por los pecadores. Si tú eres uno de ellos ven a él y acepta su invitación al arrepentimiento.

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