sábado, 22 de febrero de 2014

La profesión falsa de la religión

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos” ( Mateo 7. 21).

Cristo muestra con un aclara amonestación, que una profesión exterior de la religión, por muy notable que parezca, no nos llevará al cielo. El Señor establece la siguiente norma: No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos”.

No sirve confesar a Cristo como Señor nuestro solo de palabra y con la lengua, y dirigirnos a él de esa manera, y profesar seguirlo de ese modo. ¿Podemos imaginarnos que eso es suficiente para llegar al cielo, o que Él que conoce y demanda al corazón, se va a contentar con meras manifestaciones sin realidad interior? 

¿Creen que tales cumplimientos tengan algún valor para Cristo? Para nuestra felicidad es necesario hacer la voluntad de Cristo.

¿Cuál es la voluntad del Padre? Es creer en Cristo, arrepentirnos de nuestros pecados, que vivamos una vida santa y que nos amemos los unos a los otros. En una palabra, su voluntad es nuestra santificación (1ª Tesalonicenses 4. 3). Decir y hacer son dos cosas distintas.

Amado Lector: Para llegar al cielo es preciso hacer la voluntad del Padre celestial, no nos engañemos con practicar una religión falsa.

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