“Jesús
le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mi” (Juan 14.6).
Existirán muchas religiones, sectas y denominaciones en el mundo, pero ninguna de ellas te lleva a Dios.
Hablarán de Dios, de Jesús y de un sinfín de enseñanzas que sin duda sacan de la Biblia o de sus biblias impresas por ellas, pero solo contienen mensajes adulterados o acomodados a sus propios deseos o fines, pero no presentan el camino verdadero a Dios.
La palabra religión viene de la raíz griega “Religuere”, que significa “Volver a ligar” o “volver a unir”.
Dios tiene el propósito de que el hombre vuelva a él, formuló el plan conocido de salvación, según San Pablo en su carta a los Efesios, con el propósito de ofrecerle a los pecadores el perdón de todos sus pecados. Por eso San Pedro en el Sanedrín dijo: “Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4.12).
Amado
Lector: Cristo
es el centro de la predicación del evangelio, no hay más, él es el único que
puede no sólo llevarle a Dios, sino concederle el perdón de sus pecados y darle
vida eterna e interceder para siempre delante del trono celestial (Hebreos 7.25).
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