“Venid
a mi todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar” (Mateo 11.28).
Qué oportuna se hace hoy la
invitación de nuestro Salvador, ya que no es solo para aquellos que no le han
buscado o aceptado como su Salvador, sino también para los que son sus hijos;
qué mejor oportunidad el ofrecernos una vez más su apoyo y refugio, ya que
desde el Antiguo Testamento él nos dice: “El
que habita al abrigo del altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente” (Salmo
91.1).
Y
el Salmista nos invita también, diciendo: “Echa
sobre Jehová tu carga, y él te sustentará…” (Salmo 55.22).
Esta
invitación del Señor es para aquellos que sienten la carga de sus pecados y de la vida
mundana, cansados de la mala vida que llevan y no la pueden dejar, que con todo
el anhelo de su corazón desean un cambio de su manera de vivir y que no puede
lograrlo porque se encuentran presos del pecado.
La invitación del Señor Jesús es
para aquellos que quieran hacerse sus alumnos y encuentren descanso para su
alma, sentándose a los pies del Hijo de Dios y escuchar sus palabras de vida
eterna.
Amado Lector: Solo tienes que decidirte a seguir al Hijo de Dios
y hacerte uno más de sus alumnos, siguiendo sus pisadas y practicando su
ejemplo.
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