“Y
Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para perdón de pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2.
38).
Cuando Pedro terminó el mensaje de
Pentecostés, muchos fueron redargüidos
y reconocieron su situación,
interesándose en poner solución a su maldad. Por eso preguntaron ¿qué haremos?
El paso importante que toda persona
debe dar es de ARREPENTIMIENTO. No se trata de integrarse a una iglesia
solamente, ni bautizarse sin dar este paso. Nuestro Señor Jesucristo comenzó su
predicación con el llamamiento al arrepentimiento (Mateo 4.17) para poder
entrar al reino de los cielos.
Una vez arrepentido viene la
confesión pública por medio del bautismo, reconociendo a Jesucristo como único
Salvador; recibiendo así con toda certeza el perdón de los pecados y de
inmediato recibir al Espíritu Santo como un don celestial (Efesios 1.13).
Amado
Lector: El
arrepentimiento verdadero consiste en abandonar su vida de pecado, cambiar de
rumbo en la vida y volverse a Dios, trayendo a los pies de Jesucristo, todos
tus pecados, para que recibas por medio de su sangre el perdón de todos ellos (Isaías
55.7).
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