sábado, 26 de enero de 2013

Caminos diferentes


Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7.13-14).

En este versículo  el Señor claramente nos habla de dos destinos diferentes del ser humano. El primero es el que se entra por la puerta ancha, la cual lleva a un camino espacioso y que por lo mismo muchos entran por ella, pues en ellos no hay reglas ni disciplina que restrinjan el caminar del hombre, pero que conducen a la perdición. El proverbista, dice: "Hay camino que al hombre parece derecho; empero su fin son caminos de muerte” (Proverbios 14.12).

El segundo es el tiene su puerta estrecha, en donde solo entran uno por uno y su camino es angosto, de tal manera que su andar es derecho y por lo mismo son pocos los que entran y transitan por él.


En este camino hay reglas y disciplina y por lo mismo no a cualquiera le gusta, pues esta puerta y este camino es Jesús, quien dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: Nadie viene al Padre, sino por mi”, (Juan 14.6). Éste camino es el que lleva a Dios; “Yo soy la puerta: el que por mi entraré, será salvo…”, (Juan 10.9), es la puerta de salvación.

 
Amado Lector: ¿por cuál camino transitas en este mundo?

martes, 15 de enero de 2013

La perseverancia del cristiano


"Prosigo al blanco al  premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús (Filipenses  3.14 ).

San Pablo, de quien podía decirse que lo tenía todo en cuanto a su vida cristiana, nos dice que él consideraba que no había logrado su perfección en esta vida, por lo que continuaba perseverando en este mundo mientras Dios le diera vida. El propósito de su vida era seguir adelante, con la misma meta, puestos sus ojos en el blanco eterno, que era Cristo Jesús.

La perseverancia del cristiano debe ser en perseguir a Cristo, para identificarse cada día con él; esto significa ir muriendo cada día al pecado y viviendo únicamente para servir al Señor. El mismo Señor Jesús dice: Si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame (Mateo 16. 24).
 
Procuramos obtener en esta vida las cosas necesarias para vivir mientras estamos en este mundo, pero nuestro principal propósito debe ser el seguir las pisadas de Jesucristo, ya que él es el único camino para llegar a Dios.

Estimado lector y hermano: Está bien tener propósitos en esta vida y hacernos proyectos en este nuevo año, pero todo sin perder de vista al premio de la soberana vocación que es en Cristo Jesús, el único medio por el cual podremos llegar a Dios al final de nuestra asignación temporal.

miércoles, 9 de enero de 2013

Mirando hacia arriba


Es muy natural que todos, al comenzar un nuevo año, tengamos propósitos y buenos deseos para que nos salgan las cosas bien, pensando en buena salud y éxito en el trabajo. 

Sin embargo, muchos de estos propósitos y deseos  no dependen únicamente del esfuerzo que el hombre haga para lograrlos, ni del apoyo y buena estabilidad de nuestro país, sino de Dios que hace el querer como el hacer de su buena voluntad (Filipenses 2. 13). 

Por eso San Pablo nos invita a esperar y confiar en las promesas de nuestro Señor Jesucristo, poniendo nuestros planes en las manos del Todopoderoso,  quien  determina todo lo que en este mundo sucede; pero más bien en las cosas  celestiales que son las que perduran eternamente y que son las promesas que todos los creyentes abrazamos en nuestro corazón.

Por otra parte, el mirar hacia arriba nos habla de que allá es donde está la verdadera vida, sin engaños ni fracasos, y que en esta tierra solo vamos de paso, teniendo una asignación temporal, de la cual nadie puede pasar (Job 14. 5).
 
Amado Lector: Quien pone su mirada en donde Cristo está, será bien dirigido en esta vida y todo lo que haga prosperará (Salmo 1.3).

martes, 1 de enero de 2013

La esperanza del creyente


Encomienda a Jehová tu camino, y espera en él y él hará(Salmo 37. 5).

Al comenzar un nuevo año, tenemos muchas expectativas, proyectos, propósitos y buenos deseos, pero es importante tomar en cuenta lo que la Palabra de Dios nos dice:

"Ea ahora, los  que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y compraremos mercadería, y ganaremos: Y no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberías decir: Si el Señor quisiere y si viviéremos, haremos esto o aquello” (Santiago 4. 13-15).

El Salmista confirma esta enseñanza, llevándonos a esperar y confiar en Dios, poniendo todos nuestros propósitos y planes en las manos del Señor, primero encomendando nuestro camino al que todo lo sabe y puede: Dios. Segundo, esperar no lo que yo quiero, sino lo que Él como mi Creador tiene para mi bien, y termina diciendo: ÉL HARÁ.

Amado Lector y hermano: Dejemos que sea Dios el que trace nuestros proyectos, él es el que tiene todo para que las cosas sean no como las queremos, sino para nuestro bien (Romanos 8. 28).