sábado, 22 de junio de 2013

El verbo hecho carne


 
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1.14).
 
Estas palabras nos declaran la encarnación del Hijo de Dios, el cual fue concebido por obra del Espíritu Santo en el vientre de la virgen María, (Lucas 1.35).
 
La naturaleza humana con que el Verbo se cubrió, es un hombre mortal con toda la humillación que la carne débil comporta. En la carta a los Hebreos se nos dice, que así como los hijos participaron de carne y sangre, él también (Hebreos 2.14).
 
El evangelista Juan nos asegura que el mismo Verbo que era Dios, se hizo carne, se sometió voluntariamente a la miseria y necesidades de la naturaleza humana, carne connota también al hombre pecador y aunque Cristo no cometió jamás nada impropio, fue hecho pecado por nosotros ( 2ª Corintios 5.21).

Amado Lector: Todo esto hizo Dios por amor a ti, a mí y por todos los pecadores, para darnos salvación y vida eterna.
 

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