"Más el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor"
(Lucas 2.10-11)
Fue anunciado por un mensajero celestial. Siempre que Dios anunciaba a los hombres algún acontecimiento sobrenatural, lo hacía por medio de sus mensajeros celestiales, de tal manera que no hubiera dudas que tal cosa venía de Dios.
Fue anunciado a unos humildes pastores. Dios escoge a las personas para dar su mensaje. Por lo general, se valió de hombres humildes, como Pedro o Amós, y en este caso unos pastores. Dios usa gente humilde, pues él resiste a los soberbios (1era Pedro 5.5).
El nacimiento de Cristo traía nuevas de grande gozo para todo el pueblo, no solo para el pueblo de Israel, sino también para los gentiles, ya que la necesidad de un Salvador la tenemos todos los hombres, pues todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios. Todos necesitamos la salvación que el hijo de Dios vino a ofrecer por medio de su predicación y muerte en la cruz.
El Salvador que nacía era un descendiente de David. Esto significaba que era el heredero del trono sempiterno prometido al Rey David por nuestro Padre Dios (Isaías 9.6; 2do. Samuel 7.12-16), por lo tanto el Cristo que nacía era verdaderamente el Salvador de Israel y del mundo.
AMADO LECTOR: El nacimiento de Cristo no es solo una tradición recordada por fiestas, sino debe ser una realidad en nuestra vida, viviendo él en nuestro corazón, transformándonos cada día.
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